Bodegas Máximo fue una taberna inaugurada en los años 50. Destacó por su moderna barra de acero inoxidable, sus estupendas gambas plancha y sus bodegas propias. Era el centro del aperitivo del barrio, las bandejas de vermú corrían calle arriba y abajo. Después los tiempos del Madrid oscuro acabaron con su popularidad para dejarla sumida en años de penuria y abandono.
En pleno mes de Agosto del año 2000, cuatro mujeres de armas tomar se hicieron cargo del traspaso de aquella ruina, pintaron, limpiaron, cambiaron luces y trajeron su ambiente festivo y su música. Crearon un local para estar como el salón de su casa, para compartir a gusto, a su medida y semejanza. Abrieron de nuevo sus puertas, colocaron un “Lo” de Letraset entre Bodegas y Máximo y por arte de magia el local se convirtió en Bodegas Lo Máximo.
Dicen que es un lugar original, acogedor y muy interesante. Una mezcla de elementos viejunos conviven con los colores del papel pintado y lámparas de aspecto más moderno, un ambiente vintage de primera generación. En la barra hay banquetas altas muy cómodas y mesas con sillas en el resto de la sala. Un pequeño altillo sirve para sentarte con tu gente y tener una panorámica especial, convirtiéndose en escenario en momentos especiales.